Nadie esta en casa

Soledad... mala consejera.

Tendría ya que haberme acostumbrado a la soledad, pues la mayoría del tiempo yo la he buscado, esta enfermedad me obligo exiliarme de los demás en los momentos de mi vida en los que debí de haber sido más sociable, haber experimentado experiencias y nuevas amistades, sin embargo, sin ya nada que hacer, hoy me encuentro sola. Aparentemente hay personas a mi alrededor que se "preocupan" por mí, pero cada una de ellas tiene miles de ocupaciones que atender. Sin duda, ellas se alimentan de la soledad, pues no te queda más que pensar en números, calorías, peso, metas, llenar tu cabeza de ellas, y terminas dándote cuenta de que son las únicas que van a estar contigo siempre, en tus mejores y peores momentos, de que se fortalecen a cada minuto que estas sola, de que no importa cuánto hagas por olvidarles ellas siempre serán tu única compañía.  

ACTUALMENTE...

Pasa el tiempo y yo sigo aquí, entre la recuperación y volviendo a caer, igual que hace ya 12 años, con la única diferencia de que ahora se lo que significa, sus orígenes, sus consecuencias, con nuevos temores y frustraciones. Soy una adulta que a diferencia de las niñas, se que necesito ayuda, necesito poder sanar mi mente, pero estos trastornos me confunden entre la realidad y la imaginación. No sé por cuantos años más estaré encerrada en esta historia, lo único que se es que en estos momentos ella esta tomando cada día más fuerza. 

Extrañandote...

Un nuevo día, de tantos que he pasado a lado de Ana y Mia, por mi torpeza y creer que me estaban haciendo daño me aleje de ellas, tube dias lindos no lo voy a negar, pude disfrutar cada sabor de la comida, sentirme feliz al comer un helado de la mano de mi novio, y claro pasar un dia sin dolor de garganta por ir con Mia fue maravilloso, pero toda esta magia termino en una mañana que me mire al espejo y volvi a ver a ese terrible moustro de 50 kg, quice ignorarlo pero pronto comenzaron los comentarios de: "te ves mas llenita", "te estas recuperando"...., me di cuenta que todas las chicas que antes me envidiaban ahora se burlaban de mi e incluso se veian mucho mas delgadas... Que tonta fui, Ana y Mia nunca fueron mis enemigas, siempre han estado conmigo y ahora me reciben entre sus brazos para volverme a convertir en la princesa de 40 kg que una vez fui... Deseo no decepcionarlas, prometo que jamas volveré a alejarme de ustedes, por que siempre las extrañe.